Opio en la nocturnidad


Silencio, temporal y suspendido. Manifiesto de lo que es y no puede ser, intermediario entre los sonidos de mi mente y los del mundo. Esta noche quiero escribirte a ti, y dedicarte mis últimos minutos de conciencia. Somos las marionetas que maneja el universo. Silencio, irónico, pues es lo que no es. Ni sonido ni sordera, no existe el silencio absoluto. Oportuno y fácil de corromper. Guerrero de aquel que no quiere silenciar su mente. Iluminado por la luna te narro. Adjetivos sobran, lo que no sobran son los momentos, pues el grillo y las cigarras ya te rompieron.
                Esta ausencia de sonido alguno, que me lleva a innecesarias conjeturas. El mundo se encuentra en constante actividad y el silencio temporal es para nosotros el verdadero descanso. Puedo escuchar mi respiración, y percibir el nocturno olor primaveral en el cambio de estación.
                Noche mía, ¿Cuál belleza sublime podrá doblegarte jamás? Te gusta eso, gozas de ser la receptora de las ideas de aquellos que no pueden conciliar el sueño. Llévame lejos de aquí en mi mente. Envuélveme en tu oscuro manto y déjame flotar en la nada.

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