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Mostrando entradas de agosto, 2014

----- Parte 6 -----

Pocas veces hice algo semejante en mi vida. No recuerdo jamás haber sido tan fácil de auto-convencerme para flotar en un posible abismo, del que sabía que muy difícilmente pudiera salir. Pues una vez que las cosas se hacen, no pueden meterse de nuevo en forma de idea. Pasan a ser parte del aire, y de los oídos, y de las otras acciones influenciadas. Aunque no lo enfoco mucho por ese lado, sabía muy bien que eso se aplicaba a las palabras y a los discursos. ¿Pero a los hechos? Sin embargo la carta estaba ahí, y estaba abierta en mis manos. Abrir una carta es abrir una puerta al mundo de alguien más, se convierte entonces en una alianza inquebrantable. Con eso ella me regaló tiempo, el tiempo justo que tardó en sentarse a escribirla e ir hasta la puerta de mi departamento a dejarla virar a la suerte. No podía descartar eso, y últimamente que alguien regale su tiempo es algo verdaderamente invaluable. ¿Cómo podía, en ese caso, dejar de asistir al encuentro? Sólo si fuese una de esas perso

Nexo.

Hice el intento nueve veces de detenerme sabiendo adonde me iba a destapar el impulso literal pero lo dije igual, porque así funcionás vos. Qué simbiosis extraña la de la noche y ese canto extraño que muere en alas de blanco cisne.  Decís que Agosto deja mucho que desear cuando florecen los almendros porque es como si te reflejara qué tan hecha piel está la mancha solitaria, el frío de las ramas que no son almendro, y éste como único que da la flor. Se anticipa, porque mañana será mejor, sí será. Como todo lo que es para ser por siempre. Me transformé para denudar la última senil sonrisa. Todos los sábados a una cierta hora viene este que no soy yo a mostrarme como podría ser si encontrara la forma de volar de nuevo sin piolín. Y nadie entiende amor, nadie entiende. Pero nada puedo hacer en la hora del MUTE impenetrable, más que recordarte.

Yesca.

Me enamoré de vos por la fragilidad con la que mirás este páramo olvidado, desintegrándote, rumiando la insatisfacción. Me enamoré de vos porque recuerdo los andamios del pobre pozo que sostenía la verdad, esa cuando te conocí. No querías contarme. Por miedo no sé. Por miedo. Pero fue luz y sí, una vez que me la dijiste, explotó el mundo con nosotros dos. Y fue hermoso querida, fue hermoso. Es una constante explosión tocarte cuando te ponés el entero de piel de gallina, y sacás el crémant de Bourgogne helado como un glaciar. Y sabés que no voy a parar, que esta noche no hay frenos si me pintás el camino. Cuestión de poder no me liberás, del orden de lo esclavo soy, de vos querida cáscara de lima, mujer monumento, niña de dibujos y sombras. “…Entiendo que tu amor, transpone todo refugio, quema todo y sin armas. Ven a verme y al ver verás, yo con mi cuerpo te cubriré, no importa que abandones, lo que ya no resulta, todo dura un instante, es mejor ser e