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Mostrando entradas de mayo, 2013

Hojarasca.

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¿Cómo parar la sudoración de las manos, mis latidos que arrancan con el disparo de iniciación la carrera más importante de sus vidas, o mi aliento que ahora sale frío, congelado por el nerviosismo y la ansiedad? Y suena la música más increíble desde las épocas de la lira de Orfeo. Y las pupilas se dilatan con la velocidad que usan las gotas para escarchar el césped amarillento de Julio. Y vos estás allá y sé que también la escuchás, por que veo cómo tu piel danza en la luz de alguna luna. Las estrellas esta vez están tímidas y dejan de aparecer pero no lo hacen tus pasos al correr por las calles del Campo de la Memoria, donde me encontrarás tratando de apagar mi desasosiego con algún relato de magia y de duendes y de olvidar. Mayo llega a su fin con un cielo blanco de tierra y el augurio del viento, y sigo donde busqué estar. Pero con la incertidumbre de no saber si en verdad estoy buscando encontrarte o encontrarte al buscarte. Al soltar risas meticulosas, al tratar de no quemarlo t

Señal de Advertencia.

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- ¿No tenés ganas de estar con alguien que te despeje, alguien con quien hagas cosas distintas a la rutina?Estar con alguien no significa perder la libertad. - Obvio que no es lo mismo. Mi problema es el tiempo. Mi tiempo está dedicado plenamente a mí y nunca supe dar parte de él a otra persona. Los balances nunca me han hecho sentir más que inseguridades. En los extremos encuentro comodidad. Pero yo sé que es un problema eso, es debilidad, es afrontar la verdad de que me mata compartir mis sentimientos con alguien. Siempre me encuentro, sin darme cuenta, tratando de evitar los momentos íntimos. Por que es todo un proceso para mí animarme. Un proceso que me ocupa mucho tiempo. - Sos como un chupetín vos, duro por fuera pero blandito por dentro. No es fácil decir las cosas en la cara y menos cuando sos tan apasionado. Pero hay que entender que nunca vamos a aprender a hacerlo si no lo intentamos. Todos estamos llenos de sentimientos lindos y de cosas que querés decir pero con miedo

Queue.

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Los días con su característica de ser macabros en momentos clave, y pasar como transeúntes de calles deshabitadas en las que nos encontramos alguna vez en lo oscuro de las horas. De querer tantas cosas, y al mismo tiempo romper todo lo que toco. No quiero tocarte, no quiero romperte, algo importante dejaste en mí como para jugar a ver cuánto resiste, o cuánto resisto yo con esa responsabilidad en mis manos. Si es que el corazón es experto en jugar malas pasadas, o el alcohol, ya no lo sé. Me siento bien cuando alguna mirada se funde en vos y en mí, pero es una tortura esto de buscar consonantes y vocales en mi boca. Por que sé que no diré lo que en verdad quiero decir. Trataré de hablarte con mis ojos cuando no quiera estar ciego, o cuando en silencio se paralice todo lo demás. Y perdón, pero siempre estará este miedo inmenso a la oportunidad.

Con arte.

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Cerremos los ojos al mismo tiempo, las respiraciones, coordinadas. Primero vos, después yo, después vos, primero yo. ¿O no? Ya no sé qué hacer, ni qué pensar, ni si existo ahora o existiré después. ¿Y vos, existís? Al menos tus manos lo hacen. Es que no se puede separar tu paraíso una vez que se funde con mi infierno. El infierno de los años, y del silencio, y de la oscuridad. Es tan abismal que te hace caminar por las cornisas, balancearte. Perdidos en segmentos de nada, que se abraza con más nada y forjan un anillo de bocas atadas, que intentan hablar pero tienen tan poco para decir. La costumbre no discrimina en nimiedades tales como lo que resurge de un centro de anti-gravedad, tu luz. Se superpone en el fuego y lo hace brillar aún más, y mis fauces internas se sellan para siempre en el verso de no volver a respirar el azufre de la soledad, la mía, la de la gente, la tuya, la de las horas, la de lo que podría haber venido si vos... Si vos no estabas acá en el momento adecuado.

Después.

¿Qué pueden saber ellos? Si no tendieron sus brazos para amortiguar la caída de tus murallas. Si jamás te vieron sentarte en el borde de la soledad y el silencio esperando que algún pájaro cantara para vos. Si nunca cedieron el paso a tus pensamientos ni aplaudieron tus ideas.  ¿Y qué puedo saber yo? Si fuiste una cuestión de minutos para sacarme todas las palabras, y el aliento, algo más que arrastraste por las dudas.  Así que si me preguntás, quiero que sepas de antemano que no voy a entender, y menos tener la respuesta de algo que va volando en el aire como pájaros de barro en la incógnita, pero tibia, tarde del otoño temprano. Tomo mis chances cuando absorbo la noche en mis poros, y camino por mi cuenta a algún bar de humo y whisky añejo. Para hablarle a la curda no me hace falta más que el ardor líquido en la garganta y algún que otro recuerdo de vos. O podría rebuscar entre el puñado de boletos de micro alguno que aún no haya usado, seguro tengo dos o tres andando por ahí

Feel.

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¿Y si jugamos a ver la realidad? https://www.youtube.com/watch?v=vdB-8eLEW8g

Lambda.

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Interferencias,  conversaciones pinchadas,  electrones moviéndose de un lado hacia el otro, voces perversas entre tus casualidades y las mías,  gritos distorsionados,  susurros sin secretos, manecillas de reloj, estaciones repletas, trenes descarrilados, descargas magnéticas, silencios corruptos, humo negro, cartas sin emisor, avenidas abandonadas, carreteras abarrotadas, un desgarro distante comunicacional, Y para no quedarme fuera del caos,  Hoy enjaulé a las palomas, y les hablé de vos .