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Mostrando entradas de julio, 2013

Drowning Dandelion.

So you fired up the candles, and don't wanna hear this song ever again, I won't try to fix this hole inside, with words I'm sure I'll never say. Now you believe this wreck has come, to drown your eyes within the waves of no one's sea, dandelions caught by your hair, the spring has come to be a mess, and I keep this promise inside, cause loving another does not feel right. "Never think of love as something you can take advantage from, everything that hurts it really shows your worth the pain", says that to everyone you have known tonight, oh, mi lovely dandelion flying up with the wind, you fucked up my lags of consciense. And I'm sure I'll never get in time, cause when I'm in, you're gone.

Si fuera yo, sería vos.

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Se ríe. Se acuerda. Se calienta las manos. Se prepara un té espeso. Su melancolía de la niñez. Y la nieve, siempre dejando florcitas blancas en su pelo. Un adorno para no olvidar. Te tendría así toda una vida. [ You could be happy and I won't know. But you weren't happy the day I watched you go ] Después como jerga de los días te difuminabas. Eras una niebla posada sobre un campo seco. Muy densa para levantarse más allá del ras del suelo, muy solitaria para inspirar a algún artista despistado. [ And all the things that I wished I had not said are played in loops until it's madness in my head ] Y las cosas que te dije que alguna vez soñé, la metamorfosis del tiempo se encargó de camuflarlas en esta cripta de enigmas  en la cual te encanta hacer de alfil, sin dejar de ser peón.  [ Is it too late to remind you how we were? But not our last days of silence, screaming, blur ] Sé que descuidé el filo que alcanzan las palabras entre dientes que chocan y v

Lo que escribí en tu frente.

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De que te recuestes al lado mío. De que me ayudes a desprender el reloj. De que después te rías despacio para distraerme del hecho de que me acaricíás los dedos. De que me respires cálidamente en ese espacio entre el cuello y la barbilla. De que de la mano bajes tres dedos a mi antebrazo, luego a mi brazo. De que hagas una pausa en mi hombro. De que abras como un abanico la otra mano y me acaricies la nuca. De que te mojes los labios y me hagas una exposición de pestañas. A un centímetro de mi aliento. Y después mojes tus labios, de nuevo. Y después me digas que ya nada te detiene. Y después me des un beso en la punta de la nariz. Que orientes la ráfaga entrecortada y húmeda que sale de tu boca hacia abajo. Que ya a ese punto te sinceres y me digas en un beso que te gané, en esta guerra de orgullos y sábanas recalentadas, y yo proclame mi victoria devolviéndote los labios que regresaste de adentro de tu boca. Una vez. Y otra vez. Y otra. Como si de adentro pudiera sacarte

Esto es.

El mundo que había empezado era inmiscible con el que había sido alguna vez. Planetas distintos que sólo se acariciaban las manos cuando la deriva les enseñaba la lección de encontrarse. Y entre esos dos mundos, la gente se cruza todo el tiempo sin parar, y chocan, y se esquivan, y viven, y mueren; todo en una danza imposible de coordinar pero muy conocida. El aire era espeso en promesas que antes del fin quedaron varadas en el éter de algún sitio fuera de todo. Habían recuerdos también, que no llegaban a ser memorias por lo recientes. ¿Qué haremos entonces con lo pendiente? Lo que llegó cuando creímos haberlo olvidado. Después de todo, el olvido es virtual. Los días van a pasar siempre al margen de lo que "superamos". A ellos no les interesa eso, sólo están interesados en ganarle la carrera a la anticipación. Los días son las olas que me están haciendo golpear contra las piedras del fondo del mar que pude ver en tus ojos. Y más allá de la tormenta, cuando el viento cesa pero

Anís y Canela.

Estaba el que siempre se sentaba en la mesa más cercana a la entrada del café, por que los lugares tan repletos de gente y tintineos lo descolocaban y nunca era demasiado invierno para no dejar que una pequeña ráfaga le helara la espalda. Luego estaba el que amaba escribir en las servilletas, aunque lo que escribía carecía de arte y no despegaba sus orejas del celular. Enfrente de éste, el viejo más viejo de todos, empezaba la mañana con un té de canela cargado. El sabor de la especia causándole picor cuando descendía por su garganta lo sumía en un frenesí momentáneo que lo llevaba de regreso a algún lugar perdido en el campo. Finalmente Fresia, la mesera, se ponía de espaldas a la barra y dejaba que el borde de la misma le dejara una marca rojiza en la piel mientras esperaba el llamado de uno de sus clientes. En el momento en el que al hombre cercano a la entrada se le partía el bizcocho de anís dentro de la taza de café, el que hablaba por celular escribía un "14" en una s

Balaclava.

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Cuando el frío le agrietaba los dedos, era su perfecto momento. Ese de esos en los que se sentaba a un costado de la vida y se prendía un cigarrillo. Apretando la manga izquierda del sweater desde adentro, para así evitar que se colara aire helado y erizara los pelos del brazo. Con la otra mano separaba el cigarrillo de sus labios, y soltaba un humo denso y anhelado, que se arremolinaba en el aire como las trenzas rizadas de un recuerdo perdido con perfume de mujer. Ese costado de la vida estaba cubierto por un terciopelo extraño, algo así entre sintético y aire. Era una matriz que envolvía a algunos pero no los cubría de nada. Solamente de aquello que no querían ver. Si mal no recordaba, tenía forma de cama. Y de repente se percató de que no estaba sentado en el costado de nada, sino acostado sobre un charco de sudor y cenizas de Marlboro, mirando un techo que reflejaba la nada misma en la que se había convertido una vida, no la suya, por que la suya la había perdido hace rato. Era u

Décadas.

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Ya son 20. De fracasos y de glorias. De lo nuevo y de lo viejo, pero más de lo nuevo. De lo que fue y de lo que se viene. De buscar y de encontrar, o no. Nada pendiente en los años que fueron. Al día con mi cabeza aunque no tanto con "el corazón". Con la gente que quiero que esté. Definiendo cada paso con este pacto de FOREVER YOUNG que firmé conmigo mismo. Ya son 20. Nada está igual. Nada se quedó. Páginas blancas que gritan nuevas historias. Y kilómetros que recorer. LO QUE EMPIEZA. http://www.youtube.com/watch?v=3aatEBIZHNU

Metamorfosis.

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Mis ojos son de bote, y los tuyos de laguna. Navego, navego en tus ojos. Sólo, en dirección a tus pupilas plateadas, para hundirme y ahogarme en ellas. Para entrar en el túnel de tu memoria, jugar con tus recuerdos, que son ninfas en un jardín nervioso, de flores que están resecas.                       ----------------------------------------------------------------------------------- Con tus latidos en plano instrumental, y tu voz en la lejanía, componiendo notas ilegibles, de una armonía estupefaciente. Un arpa resquebrajada, trata de afinar tus cuerdas, que son la única parte de vos que no está en mis labios ahora, pero yo me la pierdo por tratar de hacer algo inteligente. ------------------------------------------------------------------------------------ Riego esas flores, para que se enciendan, y observen, observen al remador, que va de ojo en ojo arremolinando estrellas. Entallen mi cuerpo con sus raíces y pétalos, qu