Lo bueno del tiempo es que no abandona
Doblego las fuerzas,
Uno las voces,
Busco los rincones más alejados
De tu extensa infinidad
Parece magia,
Nuestra mutua carrera de mentes
El frío perdura en tu rígido orgullo
Y mi dignidad busca permanecer incandescente
Guerra de fuerzas
A la que nos hemos sometido
Buscando poder hacer lo correcto
Entre lo racional y lo adquirido
Objeción de razón y sentimiento
Antagónicos poseedores del saber
El conteo se pierde entre las hojas de papel
De las veces que me entregué a esta idea de felicidad
Temor fundamentado,
Frenos de permanecer a un mundo que no nos merece
Noches que pasamos buscando la verdad
Resaca continua, embriagarnos con nuestra soledad
Una taza sobre la mesa, y en tus párpados un perdón
Una voz en la cabeza, y una falta de compañía en el
solsticio de hoy
De entre las brumas de tu desventurada obsesión, una luz y
una espada
Dos cartas, cuatro
tinteros y algún que otro color
Un amor que es primero, un juramento de fidelidad
Lo efímero del tiempo,
lo laxo de la libertad
En lo que parece estar perdido
Rebuscando entre las memorias, indagando en la saciedad
En la conciencia derramada sobre las impías inequidades
Pusilánimes los dos, pero con esperanza en las
verdades
Esas que nos pueden desgastar pero nos incitan a madurar
Los precios que he de pagar para verte en mi realidad
Mujer fácil llegas y fácil te vas
Pero las melodías que emanan nuestros alientos pretenden burlarse del dolor
Somos un caso aparte, una única excepción, una risa al odio,
una muestra de amor
Una espesura de deseos, lo posible de la utopía, la verdad de la mentira, lo real de
la ilusión.
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