Luna
Así es como funciona, y así es
como caí en el espiral de la repetición de las noches que persigo fantasías en
mi mente, y no me dejan dormir. Mil y una historias ha visto mi almohada entrar
y salir de mis pensamientos, la taciturna voz interior que parece superar su
mudez en las horas críticas de la nocturnidad y aturdirme con su penetrante
autorreflexión.
Y sin embargo no es la reflexión la palabra indicada para definirla, ya que no saco nada productivo de ella y los errores los sigo cometiendo, errores que jamás conoceré pero si sus consecuencias. No, esta vez la culpa no es mía, la culpa es de la luna, esta enorme luna llena que juega a los trucos de magia con mi imaginación.
Y sin embargo no es la reflexión la palabra indicada para definirla, ya que no saco nada productivo de ella y los errores los sigo cometiendo, errores que jamás conoceré pero si sus consecuencias. No, esta vez la culpa no es mía, la culpa es de la luna, esta enorme luna llena que juega a los trucos de magia con mi imaginación.
Esta
ciudad jamás me pareció más desierta y deprimente, y el sol y el calor
parecieran evaporarla en los aires. Es como ver el cuadro pintado por un ciego que
intenta pintar un paisaje. Las pinturas se valoran por el sentimiento que
transmiten, el tema se complica cuando no hay sentimiento que defina lo
observado. Lo mismo pasa con la vida, si tuviera que definirla por lo que
siento no podría, pues me ha hecho sentir de muchas formas.
Dios,
esta voz no se calla. Y esta luna parece crecer a cada letra que escribo, pues
quiere que la vea, quiere que me inspire en ella, quiere que la ame. Pero no lo
haré, no hasta que… Bueno, no hasta que tú regreses.
Nuestra
joven promesa, ¿La recuerdas? Nos prometimos la luz de la luna, y aún la siento
tu propiedad. Parece ser que ella se ha dado cuenta del hecho, y no quiere que
la deje al olvido. Ella quiere volver a verse reflejada en mis ojos, pero no lo
logrará. Pues por culpa de ella te fuiste, Los efectos de la luna llena, cómo
actúa con nuestra sangre. Y ese arrebato de furia que nos dominó esa noche de
verano de luna llena hizo que te fueras, alejándote en el horizonte.
Luna,
maldita luna. Mártir del comienzo de mis alegrías y del fin de mis días de sol.
Mi perdón no lo tendrá, si tú no vuelves, no lo tendrá. Y esa… esa es mi
promesa.
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