Veritas.

Contra el vitraux la mancha de una mano antigua saludaba. Hacía un contraste en los colores más hermosos, pero le daba un toque humano a tanto ser cristalizado. Sé bien que el cielo no es verde, pero en mi mundo así se ve mejor. Y aunque estoy solo en esta estrella, te veo detrás de una tela, a trasluz. Como si pudiera alcanzarte, alguna vez. Te oigo respirar, reír a veces. Sí, o llorar. Tu silueta. La frescura neta de una mañana de sol que se convierte en un papel que vuela lejos. Tu tez de amatista. 

Todo - en - su - lugar.

Y soy feliz.

"Recordé sus gustos,
conversación astral,
las canciones que oíamos,
su cuerpo lunar,
refugio celestial,
y el pH de sus saliva.

Y me perdí,
en la inmensa quietud"



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