Verbo.

Y ahí estabas, le juré al día haberte visto entre las cortinas magenta de un lúgubre rincón mugriento de la ciudad. Con la barbilla elevada, fumándote un armado y echando cenizas en el parqué llenándolo de motas de las cuales nunca te ibas a hacer cargo. Total, en esa vida prestada ¿Qué te queda de valor?

Entre tanta mentira, entre tanta mentira. Te confunde, me confundo. Nos quema.

Cuando siento que rompo el timón de este bote a ningún lado de algún modo retomo la tranquilidad si dejo de empujar los recuerdos al limbo de los que olvidan. Decido besarlos, con labios de pensamiento, que vivan por mí los demás. Total, en esta vida prestada ¿Qué me queda de lo que fui?

Entre tantos párpados, de alguno me tengo que colgar. 

Es,
la parte de mí que nunca supe disociar,
pero sé que en el fondo,
hay luz.

No te miento,

hay luz.





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