Retrovisor.

- En la vida nunca se pierde. No. De todo se aprende. La desgracia se transforma en experiencia y la experiencia en un consejo. Al final uno se hace inmortal. No me preguntes cómo lo sé, sólo lo sé. Pero las grandes ideas siempre se materializan, y nadie puede escapar al asombro. Así es como vas de boca en boca besando la eternidad. Ella es una mujer selectiva y se enamora sólo de lo que trasciende. La gloria de mirar más allá, de no conformarte, de seguir porque no tenés miedo. Pero sobre todo, el hecho de crear. No se puede ser distinto sin ser creativo.

- No sé si creo en la eternidad. ¿Tan seguro estás? Al final de los tiempos las generaciones se olvidan. Hay que vivir sin que te importe trascender o no. La felicidad se encuentra en los detalles. Y no se sostiene, por eso le da tanta magia a esos momentos que no se olvidan. Es momentánea. Como el amor.

- Uh, ya tuviste que meter al amor.

- Es que es inevitable que hable de eso cuando se trata de cosas momentáneas. Amar a veces no es suficiente. Y desaparece cuando termina la pasión.

- ¿Ah sí? ¿Cómo explicás entonces que haya viejos que sigan juntos hasta morir?

- No conocen otra cosa. No han visto el mundo. No han visto lo que hace la gente. Le temen al azar. No quiero ser una fugitiva del riesgo. ¿De qué te reís?

- Es que es evidente que nunca te has enamorado. Yo me enamoré de la música, de la tarde, de las brisas que indican el cambio de estación, de los viajes. Y no puedo vivir en ausencia de eso ni un sólo día.

- Estábamos hablando de personas.

- Bueno, no hablemos de las cosas momentáneas entonces. Hablemos de perdurar.

- Lo único que perdura es el hambre de saber. Ese deseo voraz de verlo todo. Lo único que perdura es aquello que nos impulsa porque sabemos que no tiene final.

- ¿Como qué?

- Como el universo. Todo lo demás es efímero. El mundo, las canciones, las ciudades, vos y yo. Es tan frágil que no puede ser eterno. ¿Por qué te levantás? No te vayas.

- No necesito que me opaques la esperanza con tus limitaciones. Yo no voy a morir, y te lo voy a demostrar. Aborrezco a la muerte, no por miedo, más por lástima. Porque se contenta con llevarse una coraza vacía sin alma. La muerte es una mierda conformista e infeliz. Me destroza que te rías tanto justo ahora.

- Es que, ¿te estás escuchando?

- Sí y no voy a ser el único. Todos lo van a hacer. Porque voy a alzar mi voz y llegar a todos los oídos. Y sólo así vas a entender que no importa cuánto tiempo pase, hay cosas que están hechas para resistir la estupidez del tiempo.










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