Pourriez être heureux.

Necesito que vuelvas a esquivar la mirada. Raro es necesitarlo. Pero al menos de esa forma me decías algo. Quedaba mucho por hablar. Y ahora me falta el aire, y no soy yo el que se aleja, corriendo, se aleja. Son mis pies. Siempre fui así, vos lo sabés muy bien. Es que no pude verlo, no quise, y ahora lo hiciste. ¿Alguna vez le has temido a algo? A un día, por ejemplo. A un momento que sabías que iba a llegar tarde o temprano. Jamás pensé que mi resolución iba a ser huir. ¿Adónde pretendo llegar? Si me vas a seguir a donde sea que esté. En la memoria. En un espacio en mi centro que estaba lleno y ahora drenó sus aguas amargas y vaya uno a saber adónde fueron a parar. Tu sonrisa fue tan blanca. Mis lágrimas tan incoloras. Y la distancia tan infinita.

Olvidé quién soy. Ahora me vuelvo a encontrar, sólo en el limbo de los días. Estos días que tanto renegué. Pero voy a seguir corriendo. Aunque el aire se me vaya en llanto. Hay un horizonte mejor, uno sin vos.

Las locuras me hacen. Siempre me hicieron. Busques donde busques me queda la certeza de que no vas a encontrar las mismas palabras que yo te dije. En este recelo, eso me queda.

No quiero lastimarte pero me cansé de ser tu cura. En sus manos te vi mejor. Más feliz. Es la vida que siempre quisiste. Como si yo alguna vez hubiese elegido por gusto ser así. Todo es tan frágil. Todo duele. Quedarme en la sombra me apuñala, no te voy a mentir, pero vos sos feliz. Nada más importa. Así te vi, más radiante que lo que sea me iluminó alguna vez.

¿Te das cuenta por qué desconfío de lo que perdura? El día es la vida, y a medida que pasa voy muriendo. La noche es el sueño. La mañana el renacer. Con ella la esperanza. Con la noche el olvido.

Agotado pero decidido. Sin alma. Vos sabés que no soy de aguantar. Te pido perdón. Siempre en la ruta de los que escapan. Pero con más claridad que nunca.

Terminé.


















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