Tempo.

Si quisiera invertir mi vida en ganar más tiempo, al fin y al cabo estaría comprando segundos que no voy a aprovechar. Así que dejo sobre la mesa de luz de algún cuarto de mi miseria lo que me queda de miedo. Te abro mi alma. Te abro mi mente. Destrozala. Hacé de ella lo que más te plazca o, sólo si tenés ganas, enamorate. De lo que habla la gente. De lo que te digo yo. De lo que oímos. Enamorate de nuestra música, de nuestros lugares y de los tuyos en soledad. De las tardes y las voces suaves. De los abrazos que podemos dar. Si es de querer, yo quiero.

[¿Enamorarme de vos?]

 Quizás encontrés en algún instante algo que nunca imaginaste buscar.








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