Oráculo.

Visiones periféricas.
Somos magma.
Fuimos magma.
Quemaremos.

Pequé de indiferencia,
y cuando me importó,
cambié,
cambió,
metamorfosis radical.

Quise hablar pero la voz se hizo arena en mi garganta.
Tragué esta amarga confusión y me detuve ahí,
donde no había más agua que tu boca.

Besaré tus dedos cuando me intenten callar.
Aunque mi voz sea punzante y sea más melódico el silencio.
No vas a ganar sin perder.
No te voy a dejar.

Mejor entregarse a lo inevitable,
dejar de proteger lo que ya está roto,
y dejarse planear.
Planear.





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