Curarme.

Por las mañanas la ciudad cuenta las historias que la noche ocultó. Hay un viento de secretos nuevos que roza los techos y refresca los rincones y de a poco llega a los oídos de la gente. Es peligroso, algo así podría destrozar a muchos.

- No creo que haya secretos tan fuertes.- Me dijiste. Lo recuerdo bien.

Siempre es necesario vivir en el borde. Cruzando cuando creemos conveniente, cuando nos sentimos solos. 

- ¿Será eso enamorarse? ¿Usarnos hasta desgastarnos para cubrir una soledad inminente? - Me preguntaste.

Quiero que te des cuenta. Quiero que seas consciente de la explosión que generas, de lo que incendias todo lo que tocás. Pero las palabras siempre están ausentes cuando la noche se vuelve salvaje y yo ya no tengo más nada que decir.

Es el martirio de seguir sobre lo que dicen los signos y llegar siempre al mismo lugar. 

¿Cómo podría curarme de vos ahora?



Comentarios

Entradas populares de este blog

Argia.

Son horas.