El ahogado.

Te arropaste con las aguas.
Escuchaste la música del silencio y te quedaste ahí, hundido en el fondo.
Con los ojos cerrados.
Con los ojos cerrados de tanto vivir.
Serás siempre en la mampara del sueño y de la vigilia un Dios, tu propio.
Y van a saberte.
Saberte como yo. 
Aunque me duerma a mitad de mis plegarias.
Fuiste suerte. 
Fuiste viento. 
Fuiste lluvia.
Bicho de los fondos despiértate ya, que es de día ahora.
Que la noche terminó.
Yo sé que el alma duele y que el cuerpo pesa.
Se está a gusto ahí en el fondo.
Rodeado de frescura.
¿Quién conoce más que vos el frío fatal? 
El frío antes de la muerte que sólo conocen los que miran más allá.
Te vi oportuno borroso ente del agua.
Pero ya no.
Ya nunca más.
Te fuiste en una burbuja.


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