Como las golondrinas.

No hay aquello que no ves,
donde dormías cada uno de los otoños,
y las hojas te dibujaban un caleidoscopio,
no hay aquello que no ves,
cuando no querés.

Si tres palabras son un concurso,
te llevaste el premio al silencio,
y cruzás los vestigios de un hueco de mirada,
por que la vi, la sentí, nos miramos.

Brillante de tus alas cuando las abrías,
y las abrías,
no te daba miedo nada,
ni la tempestad.

Ciegos mis ojos cuando los cerraba,
y los cerraba,
negociando un beso.

Has vuelto a alimentar las golondrinas,
que mueven sus cuellos insistentes,
y la plaza se llena de espinas,
rojas, rojas las espinas que te rozaron,
cuando ya era más tibio el hielo,
que el aliento de unos labios enredados.

Brillante de tus alas cuando las cerrabas,
y las cerrabas,
ahora te daba miedo todo,
hasta yo.

Ciegos mis ojos cuando te miraba,
y te miraba,
imaginándote lejos en el sol.

Como las golondrinas.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Argia.

Son horas.