Prädestiniert.


Y qué de lo que llega pero se toma su tiempo. En este mar de fuego te ves única, ahí, cuando te ponés un poquito de costado al sol. Y qué de tus ojos y lo que han visto. Nunca sabré. Parcos sueños en profundas veladas, o palabras rotas que se recuestan en tu regazo. Y de tus manos y lo que han tocado, texturas interplanetarias en distancias incalculables. Donde lo que hiciste quedó solo en vos y en tu lista de secretos.

Estrellas que fingen ser soles cuando la noche se queda sin luna. Fragmentos de cristales de colores en el ventanal de un suceso interminable. Una primavera que llega y se va como una paloma de un parque sin ancianos ni migajas. Lo momentáneo del segundo en un reloj de arena. Vos. Yo. Lo recíproco. Hola, vos adiós.

¿Y si hoy no te vas, si nos quedamos los dos a ver? No sé, digo no más. No me dejes a mí conmigo. Yo sólo no saco lo mejor de mí como lo hacés vos.

No saco lo mejor de mí como lo hacés vos.

Tus fantasías y las mías se entrecruzan en el punto donde todo es posible. Y queremos, o debemos, entender.

Que no somos más que lo que sentimos. Más que lo que sentimos vos y yo.

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