Desencuentros.
Me hacés escribir de más, y a veces no me detengo. Transcurro los días flotando en un parapente y me suelto sólo cuando me enredo demasiado. Desciendo, recostado, sostenido por el aire. ¿Adónde voy a caer ésta vez? ¿Adónde nos vamos a encontrar de casualidad?. Y me tapo los ojos con el dorso de la mano, el sol encandila sin piedad, ¿O son nuestras fotos las que encandilan, cuando salen a la luz entre cajones y polvo?. Suelo escribir entre muchas incógnitas, y espero respuestas que nunca serán. Vos en cambio no te das el lujo de la duda, te lanzas sin importarte demasiado. Aprendés de tus caídas, pero estás condenada a tropezar con la misma piedra una y otra vez. Y yo siempre espero del otro lado para sostenerte y de última que nos caigamos los dos juntos, pero parece que el suelo te es más cómodo.
¿O será que siempre llego tarde?
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