Una vez escribí en los escombros de una ilusión que de ellos podría nacer una buena razón para limpiarlo todo de infortunios. Y ahí mis ojos inquietos se encontraron con los tuyos. Me costó un tiempo darme cuenta qué era lo que querían decirme, por qué estaban puestos ahí. Pero lo complementaste sonriendo, y fue cuando te conocí.
[Paz, me transmitís paz].
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