Goldfinch.

De tus ojos deslumbra el pasado cristalino, y de tus labios bebo el dolor. Ese que se siente cuando hay que renunciar al calor de un aliento. Aunque poco reconforte, es mi único abrigo. Desprenderme de la ruptura de tu voz, quebradiza en el frío de tu silencio. Y tu sonrisa a medio existir cuando creíamos estar listos para que se viera a simple vista. Me gustaría creer que tu ausencia es temporaria, pero debo dejar morir tu fantasma, ese que me atormenta en las noches de soledad. Aunque la muerte aún está a kilómetros de tu velo, no puedo llevarte en fragmentos hacia donde quiero ir. Más que convertirte en un recuerdo debo convertirte en un verso desafortunado y sin terminar, para que quizás otro autor te clausure, ese que verdaderamente sepa...

Escribirte un final.


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