Empty notes.

Y es que te van dejando sin aliento las ganas de seguir el camino, borrando los halos de los fantasmas que dejaste en el ayer. Esperando con cautela que se ponga el sol mientras cierras los ojos y aprietas los puños. Las señales perdidas en el ocaso pretenden llegar hasta tus labios y entrar en tu cabeza rompiendo los límites del tiempo. Para elevarte no hace falta más que tu mente.

Nada más que tu mente.

El sabio se percató de que corría peligro su cordura y envió una horda de realidades a su abismo perfecto, y en él cayó. Y los siglos pasaron sigilosamente sobre sus huesos dejando abiertas sus heridas. Pero una melodía sonaba distante, casi difusa, mostrándole a sus ojos el verdadero abismo. Quería librarse de sus sombras, de sus errores, de sus promesas sin cumplir. Quería respirar de nuevo, que la melodía no cesara. Quería ser solo uno, y a su vez quería ser todos. Quería todo, y no tenía nada.








Comentarios

Entradas populares de este blog

Argia.

Son horas.