Hoy conmigo.

Y me preguntás cuánto de vos me voy a llevar el día que tenga que irme, y no te pude contestar. Ya no sé si quiero hacer este "viaje" solo, pero no puedo tampoco obligarte a acompañarme. Quizás, si solo me lo pidieras. La única verdad es que las verdades se me han ido cayendo de a poco como arena de las manos y ya sólo me queda una y es la que vos conocés. No voy a negar que yo también conozco la tuya, y ya sé que no es cuestión de tiempo sino de voluntad. No se puede seguir esperando algo que ya ha llegado. ¿Para qué perdernos de lo que está hecho para ganarse, sólo por el MIEDO? Sin embargo, ante mi mismísimo enemigo perezco pues siempre resulta ser más fuerte que yo. 

Y de esas verdades de las que tanto hablo, definitivamente una, es que te extraño.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Argia.

Son horas.