Señal de Advertencia.
- ¿No tenés ganas de estar con alguien que te despeje, alguien con quien hagas cosas distintas a la rutina?Estar con alguien no significa perder la libertad.
- Obvio que no es lo mismo. Mi problema es el tiempo. Mi tiempo está dedicado plenamente a mí y nunca supe dar parte de él a otra persona. Los balances nunca me han hecho sentir más que inseguridades. En los extremos encuentro comodidad. Pero yo sé que es un problema eso, es debilidad, es afrontar la verdad de que me mata compartir mis sentimientos con alguien. Siempre me encuentro, sin darme cuenta, tratando de evitar los momentos íntimos. Por que es todo un proceso para mí animarme. Un proceso que me ocupa mucho tiempo.
- Sos como un chupetín vos, duro por fuera pero blandito por dentro. No es fácil decir las cosas en la cara y menos cuando sos tan apasionado. Pero hay que entender que nunca vamos a aprender a hacerlo si no lo intentamos. Todos estamos llenos de sentimientos lindos y de cosas que querés decir pero con miedo a darte la oportunidad. ¿Por qué? Yo tampoco lo sé. Pero sí sé que el momento de intentarlo te está tocando la puerta.
- ¿Y si abro la puerta y me roban todo y me dejan en pelotas? (siguiendo con la metáfora).
- Y si pasa eso, acá voy a estar para que vayamos una madrugada a tu colina y volemos un rato. Cada día que me levanto me pregunto ¿Cómo será este día? Y cuando me acuesto siempre digo: así era este día. ¿Pero qué hubiera pasado si...? Nada, no hubiera pasado nada por que por algo no pasó y punto.
- Encima te juro que no sé por qué me protejo tanto si ni siquiera me puedo querer a mí mismo.
- ¿Pero por qué, qué es lo que te odias?
- Siempre he querido mucho más a los demás de lo que me quiero a mí mismo. Y cuando digo mucho más quiero decir muuuuuuuuucho más, al punto de que generalmente no me registro y cuando me registro me odio. Me gustaría ser otra persona, alguien menos raro, alguien que no piense tanto, amaría dejar de ser tan correcto y educado. No sé.
- No, simplemente te gustaría que todo te chupase un huevo para dejar a tu cabeza en paz. ¿Pero sabés qué?
- ¿Qué?
- No sólo que le das importancia a las cosas sino que le das DEMASIADA importancia y las sentís mucho. ¿O me equivoco?
- Sí, yo ya te dije. Los sentimientos no me pegan de la misma forma que a los demás. Es como que entran en mí y multiplican su efecto.
- Bueno entonces dejá de lamentarte y aprendé a vivir con eso por que es asquerosa la gente a la que le chupa un huevo todo. Para mí tener alma de artista es un don, ¿vos qué decís?
- Yo digo que es un don medio traica por que la vida se convierte en un drama y todo duele más. Las decepciones, la indecisión, las expectativas no cumplidas.
- Epa, ¿expectativas no cumplidas? ¿Sabés qué creo? Que tenés muchas cosas inconclusas que tenés que resolver, como yo con mi aracnofobia. Escribir te descarga, pero no te libera.
- Obvio que no es lo mismo. Mi problema es el tiempo. Mi tiempo está dedicado plenamente a mí y nunca supe dar parte de él a otra persona. Los balances nunca me han hecho sentir más que inseguridades. En los extremos encuentro comodidad. Pero yo sé que es un problema eso, es debilidad, es afrontar la verdad de que me mata compartir mis sentimientos con alguien. Siempre me encuentro, sin darme cuenta, tratando de evitar los momentos íntimos. Por que es todo un proceso para mí animarme. Un proceso que me ocupa mucho tiempo.
- Sos como un chupetín vos, duro por fuera pero blandito por dentro. No es fácil decir las cosas en la cara y menos cuando sos tan apasionado. Pero hay que entender que nunca vamos a aprender a hacerlo si no lo intentamos. Todos estamos llenos de sentimientos lindos y de cosas que querés decir pero con miedo a darte la oportunidad. ¿Por qué? Yo tampoco lo sé. Pero sí sé que el momento de intentarlo te está tocando la puerta.
- ¿Y si abro la puerta y me roban todo y me dejan en pelotas? (siguiendo con la metáfora).
- Y si pasa eso, acá voy a estar para que vayamos una madrugada a tu colina y volemos un rato. Cada día que me levanto me pregunto ¿Cómo será este día? Y cuando me acuesto siempre digo: así era este día. ¿Pero qué hubiera pasado si...? Nada, no hubiera pasado nada por que por algo no pasó y punto.
- Encima te juro que no sé por qué me protejo tanto si ni siquiera me puedo querer a mí mismo.
- ¿Pero por qué, qué es lo que te odias?
- Siempre he querido mucho más a los demás de lo que me quiero a mí mismo. Y cuando digo mucho más quiero decir muuuuuuuuucho más, al punto de que generalmente no me registro y cuando me registro me odio. Me gustaría ser otra persona, alguien menos raro, alguien que no piense tanto, amaría dejar de ser tan correcto y educado. No sé.
- No, simplemente te gustaría que todo te chupase un huevo para dejar a tu cabeza en paz. ¿Pero sabés qué?
- ¿Qué?
- No sólo que le das importancia a las cosas sino que le das DEMASIADA importancia y las sentís mucho. ¿O me equivoco?
- Sí, yo ya te dije. Los sentimientos no me pegan de la misma forma que a los demás. Es como que entran en mí y multiplican su efecto.
- Bueno entonces dejá de lamentarte y aprendé a vivir con eso por que es asquerosa la gente a la que le chupa un huevo todo. Para mí tener alma de artista es un don, ¿vos qué decís?
- Yo digo que es un don medio traica por que la vida se convierte en un drama y todo duele más. Las decepciones, la indecisión, las expectativas no cumplidas.
- Epa, ¿expectativas no cumplidas? ¿Sabés qué creo? Que tenés muchas cosas inconclusas que tenés que resolver, como yo con mi aracnofobia. Escribir te descarga, pero no te libera.
La solución está en empezar a cazar fantasmas.
"SOS LA MEJOR CHAMAQUINA, GRACIAS POR ESTO. TE AMO."
Comentarios
Publicar un comentario