One day.

Hoy en las calles del pensamiento habían sombras de soledad. Nunca supe si salían de mí, sólo pude ver que se movían a los costados, enfrente de mis ojos, por detrás clavaban su mirada y sentía el ojo punzante en mi nuca, precisamente en el centímetro bajo mi pelo. Yo sabía qué esperaba al final del camino. Me senté en el cordón de la calle de Los Años a las 4 am por mi cuenta, para ver que el aliento se me consumía con el humo del cigarrillo, abrazándose ambos como soldados entregados a la muerte.

[Algún día seremos viejos amor, y pensaremos en todas las historias que jamás pudimos contar]

¿Pero qué es lo que importa ya? Si de todos modos la juventud termina allí donde le pasamos página a esos "libros de la buena memoria". 

Me duele saber que en algún momento nos vamos a olvidar, y nos beberemos los recuerdos en un trago largo de auto-salvación. ¿Para qué?

Para que duela un poco menos.


Siempre vamos a ser vos, yo y la vida.




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