Bed of nails.

Soñé a través de tus pupilas cuando la luna se posaba en tus párpados y los cristalizaba. Fueron tus ojos, un portal, todos mis sentidos. Eran tan tuyos, y eran tan míos.

 Eran cuentos no contados originados de libros nunca escritos.

De notas de chocolate en gajos de limón. El amor y el odio compartiendo el mismo hilo. La pulcritud en mañanas de sábanas blancas y la noche en descuidos. Pones tus labios con los míos, como agua fresca en gargantas agrietadas. En las palabras que se pierden cuando la voz no alcanza.

Difuminados, lejos en el paraíso. Perder el paso, caer, levantarse, amar.

 Morir.

Y morir de nuevo, entre tus dedos. Subir por tu palma. Quiero aliento.

Quiero dejar de querer. Pero la luz no me deja, esta luz no me deja. Y sólo me dejo ser, me dejo ser cuando ya no quiero querer. Trazando un mapa en las estrellas para llegar al mañana, y el mañana está a solo unas horas del ayer.

 Grabar en un deseo la frase final: 

Juro que me iré, cuando ya no te queden otras salidas que enseñarme a caminar por sobre la inmensidad.

Y en el desenlace, se emerge de las profundidades para aprender a respirar.






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