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Me siento.

Una reflexión de un tiempo a esta parte, sin descifrar exactamente cuánto marchar ha transcurrido desde que algo encajó.  ¿Construir la dimensión y ahora detonarlo todo?  Me preguntan qué sentí. Como si supieran, como si por meses hubiera hablado tanto de este encuentro... con la locura, con la velocidad y la vida. Como si todos los que me saben mirar anticiparan esta jugada bisagra y ahora preguntan con el conocimiento de quien aprende un hábito. Yo te vi en sueños, sin formar parte de tu intempestivo movimiento, y ahora que lo hice queda una marca en la distancia, la luz que mis dedos quieren tocar y no me alcanza con solo estirar la mano. Debería estirar mi historia, llevármela a cuestas conmigo en un impulso de amor.  Esta madrugada casi palpo tu indiferencia. Fueron pocos los segundos y corto el soliloquio pero sigo vislumbrando mi futuro en vos, en tus brazos de concreto, en tus arterias alquitranadas y los gritos de las cafeteras de latón.  Ahora tod...

Como quien despierta.

Desintegrar el idilio, aminorar el cosmos, quizá embeberme de tu escarcha, como quien despierta. La tibieza que abraza la saliva, el fuego, zumbido cálido en oídos desgajados, el paisaje de tus costados, la mirada del confundido, mirarte, mimarte, como quien despierta. ¿Qué somos, animales? No sé quiénes somos amor, pero se siente hermoso, mientras se invaginan tus labios, en los míos, esa música suena, en la cabeza del tirano, y me hace suave, terso y suave, como quien despierta. El reflejo en fondo de cristal, el escalofrío y la contracción, besarnos en el medio mismo, de la época del odio, reírme, esperé tanto, tanto, tanto, estás debajo de las sábanas, y ya te extraño, girá, respirá, humedecé cada parte de mí, como quien despierta. Que así me encuentre la muerte, y quedate ahí, sí, ahí, un poco más arriba, y de pronto la colisión, de cada maldita avenida de este mundo, de cada maldito rincón donde es...

Faltas.

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[Lindo, Cada tanto, quizá más de una vez, en el día,  vivir un rapto, de felicidad]. 

Hallarte.

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Hay arte. Hay arte en las horas, en un café, en tu discurso, en tu mal humor , hay arte. Hay arte en tus hábitos , en mis cigarrillos, en que te quedes esta noche acá, en tus secretos, hay arte. Hay arte en tus pantalones , en mi silencio, en tu desconfianza, en tus textos, en mi frialdad, en las manos, hay arte. Hay arte en mi estática, en tus movimientos, en tus personajes y papeles, en mi perfeccionismo , en desnudarnos, hay arte. Hallarte entre las olas blancas. Hay arte en tu cansancio . Hallarme en la imperdonable vigilia de una mala noche y derrumbarme en vos, tirarme encima, cubrirte como el Vesubio, quedarme... dormido.  En los principios, en el olor a lluvia, miel, primavera idiota y alérgica, hay arte. En las despedidas, en la inminencia de una decepción, en un amor que siendo , no es. Hay arte. Hallarte sabiendo que es pronto, derivándonos a la vida, enamorándote, en amor arte, y hay, sí, hay arte en cualquiera de las formas en la...

Give up the Ghost.

Tengo un recuerdo, quizá también tenga un dolor. Tengo un tiempo encerrado en un reloj que gira lento. Tengo el significado de una frase que escribiste y que seguro no supe interpretar. Tengo un silencio, tengo una voz, tengo tu voz, que cambia dentro del mundo que todos ven. El mundo en el que los cuerpos se descartan, todo lo que alguna vez fue, se articula en la casi divina segunda chance de volver a formar la unidad. Tengo tus poemas, tus canciones errantes, tus atajos, tus palabras generosas y las que el cuadrado del binomio del triángulo equilátero de Pitágoras no me supieron explicar. Tengo un sueño, un viaje pendiente, una parte de la ciudad que aún no he caminado. Tengo un péndulo que me conecta con vos, con tus espacios, con tus desplazamientos mentales, con tus días y tus soles. Tengo un cronómetro de lo que tardás en levantarte y darte cuenta que una vez más estás con los pies en la tierra y la cabeza en Plutón pero estamos vivos, estamos acá. Tengo una cerveza que me está ...

Resonancia.

Casi sin terminar, hoy el cuarto está frío, levantando tus cosas del piso. Como tu expresión cuando surcó el tiempo y se estrelló, suave pero contundente. Como todavía observando tu mirada en este páramo de sábanas y noches de insomnio. Como quien se apuró a tomar un camino, dejando todo a medias, dejando un olvido que por la noche quizá le llene a otro el pecho. ¿Cómo soy? ¿Quién me gustaría ser este día que vamos proyectados a la deriva? Como anclar el peso de mi espalda en tu boca. El peso de la derrota. Intenté que no te dieras cuenta lo pesimista que fui cuando esta mañana el tren a Lucerna se adelantó siete minutos, y vos dormiste sobre mi hombro el resto del tiempo. Como quien escapa de lo que anida tan dentro, el continuo sinsentido de descender a tu encuentro y ser calma. Después subir al tiempo que vos llegás y cómo miente, con sus jueguitos de noche que los trae bajo la insignia de hacerse el boludo pero alcanzando a ver todo. Así vi como el alfarero te construía, a ve...

Verodiarte

Hoy la cualidad nos enmaraña,  cuando no puedo ni siquiera odiarte, sin verte. Requiero cuidar, lo que encandila de los dos, por debajo del cielo raso. Lentamente ascendiendo, sobre las paredes, un temblor, desde tu cuello. Manía ayer vino, y se sirvió en la copa limpia, ahora te veo un poco más acá. Si te seguís moviendo así,  como cosmo inestable, con cadencia de fogón. ¿Qué va a ser de mí? Si te seguís moviendo así, cósmica inestable, como lo que fue. Si pudiera aún decirte, que no es sin más el verodiarte, el texto de un pasaje, que se sintió. ¿Qué me venís a hablar de ayer? si me odiaste y no me viste, ¿Por qué verme amar después? si el silencio te enfermó. Si la rabia hoy te hunde, si extrañás estar así, si no hay tiempo de remate, todavía puedo ser yo. Si me absorbe el temporal, si la duda me reprime, vos sabés sacar de acá, de una mano lo mejor. Como siempre el tiempo vuela, en esta ciudad abismal, viejo amor de las vered...