Como quien despierta.

Desintegrar el idilio,
aminorar el cosmos,
quizá embeberme de tu escarcha,
como quien despierta.

La tibieza que abraza la saliva,
el fuego,
zumbido cálido en oídos desgajados,
el paisaje de tus costados,
la mirada del confundido,
mirarte, mimarte,
como quien despierta.

¿Qué somos, animales?
No sé quiénes somos amor,
pero se siente hermoso,
mientras se invaginan tus labios,
en los míos,
esa música suena,
en la cabeza del tirano,
y me hace suave,
terso y suave,
como quien despierta.

El reflejo en fondo de cristal,
el escalofrío y la contracción,
besarnos en el medio mismo,
de la época del odio,
reírme,
esperé tanto, tanto, tanto,
estás debajo de las sábanas,
y ya te extraño,
girá, respirá,
humedecé cada parte de mí,
como quien despierta.

Que así me encuentre la muerte,
y quedate ahí, sí, ahí,
un poco más arriba,
y de pronto la colisión,
de cada maldita avenida de este mundo,
de cada maldito rincón donde estuve solo,
de cada destrucción, de cada herida, de cada violación,
de todo lo que alguna vez importó y ya no,
la colisión, la colisión, 
tan solo de tu piel y la mía,
lo que él no entendió,
lo que el otro malinterpretó,
nada, nada, nada,
y un Big Bang,
desde una Les Paul,
EL SUEÑO ES DE QUIEN LO VIVE,
EL SUEÑO ES DE QUIEN LO VIVE,
y quiero repetirlo,
como quien despierta.

El azulado,
el rosado,
el magma, el magma,
en tu pecho,
el syrah, en tu aliento,
la pregunta, el cigarrillo,
el vapor,
Chet,
Chet,
Chet,
en la distancia,
la inexplicable sensación,
de ser rey de todo,
la realidad de cuatro paredes,
la habitación que rompió,
el letargo,
jugando al amor,
como quien despierta.

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