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Algo nuevo.

Era como si despacio se posara ese granito de luz en el fondo marino de tu iris, en esa parte de tus ojos el oscuro se anaranjaba e iluminaba lo que quedaba por encima, un degradé hermoso, un microfuego inextinguible, luminiscencia que me obligó a juntar los párpados, pero antes de hacerlo te la vi esbozar, ya no me la voy a olvidar... después de tanto tiempo... Amiga de los fríos,  trizando el hielo que me separa hoy de vos, con templado aliento, pero yendo en otra dirección, resquebrajando el escudo, que no me deja ser eterno, te dejo cuando empiezo a ser, al fin empiezo a ser...  algo nuevo.

A vos.

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Por fin rompiste la estática y te ofreciste por completo a la metamorfosis anecdótica de los tiempos que vas a ser. Te conocí entera cuando ya creía haberte conocido antes, y tengo que aceptar, me sorprendió la inmediatez en la cual apareciste. Una vez recuerdo haber escrito algo de un mundo que se hacía muy chiquito, casi limitado a las paredes de un cuarto que alguna vez había sido mío. Pues esa realidad, en ese exacto momento, no era mía. Tampoco tuya. No era de nadie. Porque los mundos en donde no hay certeza y solo hay humo son tóxicos. Estos mundos que uno cree conquistar y no van más allá de las ilusiones ópticas de la sustancia psíquica adictiva en la que se presenta el amor, pero no el amor amor, sino el amor que duele, el amor político de las promesas no cumplidas y las palabras poéticas que distan de perpetuar más allá del día y la neurosis momentánea. De creer con firmeza casi ciega que todo es parte de un plan maestro del destino para juntar a dos almas que en realidad se...

Under cover of darkness.

Mirá. Sentí. Somos niños del futuro y ya no hay necesidad de erradicar. Nada. Nadá. Que son simples cenizas que el viento se encarga de llevar. Tomaste mi mano y saltamos los dos. Y no nos perdimos en el abismo, ni nos venció el vértigo. Ahora en el fondo de todo nos miramos otra vez. De cerca. ¿Cómo es que me volaron otras primaveras? Que no fueron más que invierno. Si vos estás, siempre. Lo importante. Te he tenido, siempre. ¡Y ahora te veo! ¿Por qué te empujé tan lejos? Estos días no he sido yo. Pero me encontré nuevamente en vos. Y ya no pienso. Más que en esta fusión torbellino de palabras. Que se disfrazan de las que realmente quiero decir. Lo demás, no tiene sentido. Ahora, sos lo único real para mí.

Llano.

Mi bestia se hizo alma, se guardó en la cueva bajo la lluvia para no volver a salir. La piedra vibra del miedo, y vos, tu boca, cianótica, azul huida de gotas que se esconden bajo el alféizar como una estampida gélida que aborrece derretir. Las sombras del vals húmedo quedaron grabadas en la pintura fresca de las paredes, impregnadas, hasta el final del día. Yo en ese mundo de vos al resguardo cálido del algodón te vi mirar hacia el patio, con lágrimas y trémulos labios. No te puedo explicar el punto negro, final, imborrable, adentro de mí que punzaba lento y sádico. Pero la bestia se hizo alma otra vez, después de tantos días iracunda esperando una caída. Se escondió en la cueva, y volvió en mí lo "yo". Entonces te pregunté: - ¿Sos siempre así después del sexo? A veces me da un pavor terrible tocarte, esperando el inevitable desarme.  - No lo puedo evitar. Tampoco es que sea un roble.  - Mmm... No te conozco de otra forma. Pero, ¿Por qué? - ¿Por qué no me conocés de...

Adiós.

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"Dios Guardián Cristalino de guitarras, que ahora más tristes penden y esperan, de tus manos la palabra. Precipitándome a lo insondable, tus caricias me despiertan a la vez, en un mundo diferente al de recién. Tu luz es muy fuerte, es iridiscente y altamente psicodélica. Te encuentro cuando el sol abre una hendija, que genera notas sobre la pared sombreada, y suena tu música en la pantalla. Sos el ángel inquieto, que sobrevuela la Ciudad de la Furia. Comprendemos todo, tu voz nos advierte la verdad, tu voz más linda que nunca. De Luis Alberto Spinetta para Gustavo Cerati" Tu partida no es más que el comienzo de esta cuenta regresiva, que, insostenible, llegará finalmente.  El mundo hoy perdió un color.

----- Parte 6 -----

Pocas veces hice algo semejante en mi vida. No recuerdo jamás haber sido tan fácil de auto-convencerme para flotar en un posible abismo, del que sabía que muy difícilmente pudiera salir. Pues una vez que las cosas se hacen, no pueden meterse de nuevo en forma de idea. Pasan a ser parte del aire, y de los oídos, y de las otras acciones influenciadas. Aunque no lo enfoco mucho por ese lado, sabía muy bien que eso se aplicaba a las palabras y a los discursos. ¿Pero a los hechos? Sin embargo la carta estaba ahí, y estaba abierta en mis manos. Abrir una carta es abrir una puerta al mundo de alguien más, se convierte entonces en una alianza inquebrantable. Con eso ella me regaló tiempo, el tiempo justo que tardó en sentarse a escribirla e ir hasta la puerta de mi departamento a dejarla virar a la suerte. No podía descartar eso, y últimamente que alguien regale su tiempo es algo verdaderamente invaluable. ¿Cómo podía, en ese caso, dejar de asistir al encuentro? Sólo si fuese una de esas perso...

Nexo.

Hice el intento nueve veces de detenerme sabiendo adonde me iba a destapar el impulso literal pero lo dije igual, porque así funcionás vos. Qué simbiosis extraña la de la noche y ese canto extraño que muere en alas de blanco cisne.  Decís que Agosto deja mucho que desear cuando florecen los almendros porque es como si te reflejara qué tan hecha piel está la mancha solitaria, el frío de las ramas que no son almendro, y éste como único que da la flor. Se anticipa, porque mañana será mejor, sí será. Como todo lo que es para ser por siempre. Me transformé para denudar la última senil sonrisa. Todos los sábados a una cierta hora viene este que no soy yo a mostrarme como podría ser si encontrara la forma de volar de nuevo sin piolín. Y nadie entiende amor, nadie entiende. Pero nada puedo hacer en la hora del MUTE impenetrable, más que recordarte.