Lo escribí anoche en tu cintura.

Máxima altitud.
Que siempre hay vos en lo que digo.
Umbral de quietud entumeciendo el soñar.
Despertar entrelazado de satén.
Guitarra resuena y llora.
Hoy no te veo beber el néctar.
Somos señal pulsátil.
Intermitencia feroz.
Somos años.
¿Cuál es el rincón que escondes?
Trozo de sol vencido al nublar.
Alto vas, cometa del viento.
Alto vas, lloviendo sin cielo.
Alto vas, con alas de mimbre.
Lejos de nubes y de la voz.
¡Que no calla!
No, no, no, no.
No quiero que te llames al silencio.
¿No ves que desespero, por un segundo más con vos?
Sexo.
Mujer monumento.
Timidez.
Calor húmedo empapa el lecho.
No me alcanzan los ojos para mirar.
Todo lo que quiero.
Está en tu piel.
Escarbo más adentro.
Hasta donde llega la tristeza y la soledad.
Y a contraluz lo vi.
En las sombras.
Cómo era tu pasado.
Salía de tu cuerpo.
Y fuiste sólo mía.
Sí, te digo la verdad.
Fue tu hora más prohibida.
¡No te desanimaste!
No.
Ya soy vos.
Qué lindo es estar, donde tengo que estar.





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