Dual.
Hoy volví a pasarte de largo. Sí, es intencional. Tan intencional que el mero silencio tira la moneda y cae del lado de la sospecha. Y sólo ahí te veo, o sólo ahí te quiero ver. En un truco miope del azar y lo poco que se puede hacer con un espejismo. Yo no sé por qué uno sigue tirando las fichas a la leña sabiendo de antemano que se van a derretir. Pero soy experto en perseverar, y más cuando se trata de lugares en donde jamás te imaginarías aparecer. Como mi cabeza, que hoy está dual. Que hoy está como que te extraña y como que no te quiere ver. Cuadrado blanco, cuadrado negro, cuadrado blanco, cuadrado negro... ¿Qué palestra vas a inaugurar esta vez para arrastrarme por la arena? Río y sangro. Levanto la cabeza y sangro. Te amo y sangro. Arrastrame del cansancio hasta tu cama. Desvestime. Derrotame un millón de veces más. Quitame las sábanas de encima y cubrime con vos. Con tus cortes y cicatrices. Mezclémonos para ser no más que esta masa corporalmente paté...