Hojarasca.
¿Cómo parar la sudoración de las manos, mis latidos que arrancan con el disparo de iniciación la carrera más importante de sus vidas, o mi aliento que ahora sale frío, congelado por el nerviosismo y la ansiedad? Y suena la música más increíble desde las épocas de la lira de Orfeo. Y las pupilas se dilatan con la velocidad que usan las gotas para escarchar el césped amarillento de Julio. Y vos estás allá y sé que también la escuchás, por que veo cómo tu piel danza en la luz de alguna luna. Las estrellas esta vez están tímidas y dejan de aparecer pero no lo hacen tus pasos al correr por las calles del Campo de la Memoria, donde me encontrarás tratando de apagar mi desasosiego con algún relato de magia y de duendes y de olvidar. Mayo llega a su fin con un cielo blanco de tierra y el augurio del viento, y sigo donde busqué estar. Pero con la incertidumbre de no saber si en verdad estoy buscando encontrarte o encontrarte al buscarte. Al soltar risas meticulosas, al tratar de no quemarlo t...