Discordia coordinada.

Se hace muy tarde y las luces me ciegan,
y espero encontrarte entre el humo esta vez,
para que me dispares con las miradas que no matan,
pero tientan.


Me pedís desde lejos que pare, 

pero es que no quiero que te acerques esta vez,
no estoy calibrado en mis mejores,
y te puedo lastimar.


No queda mucho por caminar en esta ciudad,

ya el secreto no es secreto y la verdad no es verdad,
entré con la espalda a la oscuridad y los ojos a una luz roja cobre,
y se me acaba el tiempo.


Querés que me quede,

querés que me quede,
pero no te puedo mostrar más de lo que ves,
por que no pretendo hacer más de lo que debo hacer.


Para alejarme de vos,

sí, es que para alejarme de vos,
me falta hielo en la sangre,
pero a vos nunca te falta aliento,
para decirme que esta vez no.


Pero me pedís que me quede,

que me quede adonde estoy,
aunque no seré más de lo que puedo ser,
por que no pretendo ser más de lo que soy.


Trémulo llego despacio al borde de mi tolerancia,

y yo voy cuando llegás y llego cuando te vas,
quemalo todo ahora, que se hizo larga la espera,
pero muy corta la paz.


Fue un vuelo simple y lejano, 

abriendo tus alas a la ráfaga oportuna,
y dejándote flotar leyendo en las nubes,
me acuerdo cuando te arriesgaste a quererme más.


Tengo este día para advertirte una vez,

que lo puro de vos es cuando te ensuciás,
y nos ensuciamos bajo la humedad de la lluvia,
de la ciudad donde nadie sabe nada.


Camuflaste tu serenidad con un júbilo desbordado,

destruiste los límites de mi improvisación,
y me dejaste desconcertado,
quizás el desconcierto baby, es lo que me gusta tanto de vos.


Como un guerrero perdedor,

en un mundo alterno de los dos,
como un guerrero vengador,
en un mundo alterno de los dos.



















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