Veías volar pájaros.
El segundo café de una serie interminable de horas, que sabés que a medida que transcurren el río del tiempo van neutralizando su efecto para llegar, titubeantes, a envolverme de nuevo a mí. Soltás el humo que se mezcla con el naranja y el bordó de la tarde.
Sé que los años pasaron y te llenaron de preguntas.
Sé que esperaste al final de la brumosa encrucijada.
Y que en parte el error fue mío por dejar pasar así el tiempo navegando mares en barcos que no llegaban a ningún lado.
Hoy me cuesta entender cómo es que no te conocí antes, sólo un poco antes, de que el mundo en sí explotara en mil pedazos y se hiciera chiquito. Muy chiquito.
Cómo no te conocí antes de que cambiara para siempre mi forma de ver la vida, la forma de escuchar las canciones, la forma de recordar, la forma de mirar y encontrar en tus ojos más que un humor acuoso de secretos, la forma de sentir que indefectiblemente hay caminos que se encuentran en algún punto para no borrar su huella al final de todos los tiempos, la forma de vivir, crear y hacer el amor dentro de un abanico de distintas maneras.
Hoy fue la tercera vez que te vi por primera vez. Nunca vi nada igual.
Nunca.
Hoy te tomabas el café de la tarde y veías volar pájaros... mientras yo veía libertad.
Sé que los años pasaron y te llenaron de preguntas.
Sé que esperaste al final de la brumosa encrucijada.
Y que en parte el error fue mío por dejar pasar así el tiempo navegando mares en barcos que no llegaban a ningún lado.
Hoy me cuesta entender cómo es que no te conocí antes, sólo un poco antes, de que el mundo en sí explotara en mil pedazos y se hiciera chiquito. Muy chiquito.
Cómo no te conocí antes de que cambiara para siempre mi forma de ver la vida, la forma de escuchar las canciones, la forma de recordar, la forma de mirar y encontrar en tus ojos más que un humor acuoso de secretos, la forma de sentir que indefectiblemente hay caminos que se encuentran en algún punto para no borrar su huella al final de todos los tiempos, la forma de vivir, crear y hacer el amor dentro de un abanico de distintas maneras.
Hoy fue la tercera vez que te vi por primera vez. Nunca vi nada igual.
Nunca.
Hoy te tomabas el café de la tarde y veías volar pájaros... mientras yo veía libertad.
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