Una para el año.

¿Cuánto puede durar una bruma si hay tiempo de sobra para matar cualquier sentencia de rutina? Y si en esa rutina uno encuentra respuestas a las preguntas del día a día, quizás sea la paja de una proyección veraniega de incontables días al pedo que me silencia bastante las ganas de artistear por la vida, cuando en realidad debería ejercer el efecto contrario. Hace mucho tiempo que siento el óxido de esa partecita de mí, y me gustaría erradicar la enfermedad (si pudiera identificarla). Después pienso que a lo mejor es de a ratos, como siempre. Entonces me llevo a niveles incontrolables de estrés y al final me lleno la cabeza de ruidos de nuevo para concluir que estaba mejor antes. Me levanto y pienso: Franco, estás donde tenés que estar. Me abrazo a la tranquilidad de que todo llega a su tiempo... Y si no? Entonces pienso de nuevo en vos y ya no sé si es un recurso para apaciguar el miedo terrible que le tengo al mañana o una forma de llevarme hasta el Franco que sentía, algo, por más mínimo. En ambos casos se vuelve nostálgico y qué pelotudo soy por estar así, cuando en realidad tendría que estar saliendo a caminar los días que me quedan antes de volver a cursar. Me paso minutos así, imaginando el auto-control, tratando de convencerme de que aprendí cómo hacerlo en alguno de esos otros días donde estaba igual. Tratando de no hablar de más, respetando la impronta de un recuerdo tuyo que el kilometraje y el tiempo van de a poco degradando. Lo cierto es que estoy bien, tan bien como puedo estar cuando está por irse al carajo todo y lo presiento. No me preocupa que pasen los días y no sepa nada de vos, o vos no tengas interés en saber nada de mí. Las condiciones están dadas para que seamos felices sin la cadena de nuestro "planeta" y aunque eso duela la verdad es que dejar ir también es una forma de amar. Me deja tranquilo, estoy tranquilo, expectante a lo que se está gestando en ese lugar que yo conozco y que muchas veces te quise mostrar. Y te digo, habiendo sido el fogonazo de ilusión en estos años, que por fin me veo desencadenado, que aprendí a querer, mejor dicho a entender este desierto, y que todo empieza hoy.


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