----- Parte 6 -----
Pocas veces hice algo semejante en mi vida. No recuerdo jamás haber sido tan fácil de auto-convencerme para flotar en un posible abismo, del que sabía que muy difícilmente pudiera salir. Pues una vez que las cosas se hacen, no pueden meterse de nuevo en forma de idea. Pasan a ser parte del aire, y de los oídos, y de las otras acciones influenciadas. Aunque no lo enfoco mucho por ese lado, sabía muy bien que eso se aplicaba a las palabras y a los discursos. ¿Pero a los hechos? Sin embargo la carta estaba ahí, y estaba abierta en mis manos. Abrir una carta es abrir una puerta al mundo de alguien más, se convierte entonces en una alianza inquebrantable. Con eso ella me regaló tiempo, el tiempo justo que tardó en sentarse a escribirla e ir hasta la puerta de mi departamento a dejarla virar a la suerte. No podía descartar eso, y últimamente que alguien regale su tiempo es algo verdaderamente invaluable. ¿Cómo podía, en ese caso, dejar de asistir al encuentro? Sólo si fuese una de esas perso...