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Mostrando entradas de octubre, 2012

Claridad.

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Te cortabas las manos tratando de rearmar los añicos de cristal, ¿es que eso era el remanente de tus recuerdos?. Las nubes reflejadas en una lágrima que caía despacio en la arena, y se evaporaba. Fueron tus días perdidos los que te mostraron la luz entre la niebla, y el rostro difuso del que manejaba tus cuerdas. Por que eras la marioneta de una mente vacía. Y ahora solo te queda el ventanal roto de la memoria que te hiere el pulgar. Por que es en esta distopía donde terminaban tus sueños, y ahora lo ves con claridad, que fue llegar a otro nivel de autodestrucción masiva. Te perdiste como quisiste y te topaste con el mar, y quisiste mirar más allá pero tus ojos ciegos no te dejaban. Y las olas tocan los dedos de tus pies pues estás en el fin del mundo, de TU mundo. Eran las cartas sin emisor, letras vanas que desperdigaban fantasías, en un mundo que había perdido el color, y más allá la orilla de la nada, en donde te decidiste a ver qué pasaba, si gritabas... si grita

Otra de mí.

Casi se cae de las piedras. El río estaba tranquilo pero muy frío. Y yo estaba en la gloria. Había estado en la búsqueda por tanto tiempo, e inconscientemente me tomó de la mano. Se reía. Le tapé los ojos con las manos y ella se sostenía de mi mano y mi cintura. Casi nos caemos los dos esta vez. Pero no dejé que viera. -¿Para qué me tapás los ojos? - Preguntó. - Estoy probando una técnica que me enseñaron hace mucho tiempo. ¿Tenés más o menos una imagen del río y las montañas y las piedras?- Le pregunté. - Sí - Bueno, tratá de reconstruirla de nuevo con los ojos cerrados y escuchá. Escuchá el agua, escuchá el viento, escuchá el tero, escuchá todo. - Lo estoy haciendo - Me dijo. Se volvió a reir. - De esa forma es como si congelaras el momento para siempre. Cuando estés mal y cerrés los ojos vas a reconstruir este lugar de nuevo y te vas a sentir mejor, ya que ahora estás feliz. ¿O no? - Obvio que estoy feliz. ¿Vos qué ves cuando cerrás los ojos?- Me preguntó, curiosa. - (Me reí

"Para siempre" nunca dura.

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Son las 5 de la madrugada de esto que se hace llamar el final de otro mes. No sé dónde estás, no creo tampoco estar seguro de dónde estoy. Saltamos de promesas en promesas sin siquiera pensar en las consecuencias que las simples palabras nos podrían ocasionar. Esta vez no me quiero rendir. Por si fuera poco, el maldito frenesí de la noche se va apaciguando para dar lugar a un dejo de incertidumbre que se hace más grande a medida que las estrellas se van apagando para dar lugar al amanecer. Sé que hice tantas cosas mal estos últimos días, es que vos sos una chica a la que no le basta la estupidez y yo suelo ser muy estúpido frente al miedo. Lo cierto es que podría prometerte el mundo entero pero llegó la hora de cumplir algo, por más ínfimo que sea, y sé que debo empezar por cumplir la promesa de que seríamos siempre honestos el uno con el otro. Y quizás al fin y al cabo es el paso que debo dar, para recorrer un camino mejor.

Rollercoaster.

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Los días aletargan la luz del sol a medida que se acerca el estío pero la brisa aún sigue fresca por las mañanas, como si el invierno no quisiera partir sin dejar algún rastro de lo que fue y será. No quisiera creer que conozco todo de vos, solamente sé por tu rostro que la mañana son tus horas del día. Hay algo de su magia que te eleva, la novedad de otro día en la vida. Y esa manía de poner el lado derecho de tu cara al sol matutino y sonreir de a poco mientras los minutos se van gastando en tu reloj de arena, que no tiene nada que ver con mi tiempo. Tenés tus leyes, vivís tu mundo, crees tus cosas y amás hasta donde la luz no llega. Pero el mundo que vivís a la fuerza quema y derrite tus alas. No hay lugar para quedarse, no hay lugar para escapar. Y sos vos de nuevo contra el viento, en una carrera que de a poco vas perdiendo y te deja vacíos los pulmones. Te voy conociendo, me vas conociendo, y creo que podemos menguar nuestro apuro si te mantenés unida a mí para correr a la par. P

High and stunning.

Quizás sea solo la magia de este domingo, o en una de esas alocadas circunstancias todo lo esperé con tanto optimismo que solo las palabras que quería escuchar salieron de tus labios en la noche. La verdad es que jamás lo pensé de esta forma, y aunque el pasado venga siempre a atormentar nuestros pasos agitados en el amanecer no hay sombra que me detenga esta vez. Al final, todo lo que importa está en el tiempo, y el mismo arrastra la inesperada luz adonde hay profusas oscuridades. Queda en vos y yo, y en lo que es parte de la memoria. Pero es el mañana el que nos define ahora, y a partir de este segundo: Todo puede pasar.

Untitled.

Cerrá los ojos, me voy a acercar pero no te asustes. Ya vas a ver cómo te robo el dolor. Vos dejame, ya falta muy poco. Es lo que pude resistir.  Te extrañé tanto.

Azufre.

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Todo un sinfín de imágenes inanimadas que pueblan un horizonte llano de luz. En cada parpadeo la respiración entrecortada y a cada paso se matan los metros restantes para llegar a la cima y desplegar los brazos. Respirar hondo. Este es el mundo que caminas, entra y sale de tus profundidades para alzarse al último viento de una eternidad que se lleva cada fragmento del tiempo, para dejarlo liso como el infinito. Y allá donde las montañas se abrazan bajo el manto blanco de la nieve no queda más que expectativas para cumplir. Es el camino que toca recorrer, y no tiene fin. Caí en los dominios de un rey antiguo de cetros oxidados, y no es la primera vez. Todo siempre parece estar igual. No hay hebra de palabras que salgan de las bocas supremas que no las conozca ya. Esto es degradarse a uno mismo. Y las sombras y los fantasmas llegan para regurgitar recuerdos perdidos en el limbo, y los transforman en mensajes que sólo oyen aquellos que saben oír.  Mientras el mundo acalla y l

Son horas.

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No es la primera vez que me arruino así. No cuento con las manos las veces que perdí el aliento buscándote en recovecos del azar para ver si en un golpe de suerte se te soltaba una palabra. Una poesía. Un verso. Un momento. También he de admitir que el apuro me llevó a dar vuelta la cara cuando pretendías sostener la mirada para sacar algo de mí que probablemente no te podría dar. Pero llega la noche y se detona el arrepentimiento y florecen las ocurrencias de las tantas cosas que las manos retorcidas del miedo expropiaron de mis labios y jamás te pude decir. Y aunque quisiera poder decir que aún hay tiempo, he llegado a aceptar que el tiempo y yo vamos en direcciones opuestas. Después de todo, siempre fuimos tan propios de creer que habíamos llegado a la gloria y que la carretera nos deparaba los mismos caminos, que nunca le dimos importancia a nada más que a mí amor por el arte y a tu glamour de rouge y Bailey's. Y en colillas de cigarrillo que se desintegraban como nues